Siempre me alcanza
la noche plena
de tu mirada
y cada una de las luces
en la montaña
hablan de tu presencia.
Con las manos
entre los bosillos
mi pensamiento viaja
en busca de esos destellos
del amor y la eternidad.
Nada hay que mi mismidad
no encuentre en esas luces
que saliendo de la montaña
vienen para anunciar
tu presencia regia
que se acompaña
de la espera de la amada.
La noche entera
que alcanzará tu madrugada
y tu cabeza
en mi almohada.
Rita
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