Esa es nuestra piel, sensible
hasta para el viento en la voz,
bañada de tersura y manantiales sin pudor
en los que se recrea nuestra pasión.
hasta para el viento en la voz,
bañada de tersura y manantiales sin pudor
en los que se recrea nuestra pasión.
Incendios
estelares desatados
en interminables horas de frenesí,
cuando no hay espacios entre los dos.
en interminables horas de frenesí,
cuando no hay espacios entre los dos.
Cuando nos abandonan las palabras
y el ser vuelve a nacer,
cuando se detiene la maquinaria universal
para contemplar la danza que
nos invade, que musita sin reparos
quiero entregarme una vez más.
La piel ha prendido sus luces,y el ser vuelve a nacer,
cuando se detiene la maquinaria universal
para contemplar la danza que
nos invade, que musita sin reparos
quiero entregarme una vez más.
las muestra en señal de vida,
porque la vida se entrega
en la piel encendida
que palpita, se pinta y se recrea
para entregarse una y otra vez.
Colección
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