Te entrego hoy los amaneceres de mi ser
un amor anclado en el cielo por decreto celestial
que es un punto y aparte de mi realidad
y que lo único que sabe es querer.
Dejo el pasado a un costado del mar
y despierto un vuelo de gaviotas
que con este amor van a navegar
sin rumbo conocido, los dos nada más.
Sin juramentos en el altar
sólo aquellos que te da mi alma
y los que recibo de tu forma de amar
que trae hasta mi la sonrisa de la calma.
Sin más esperanza que tu mirar
que cuenta las historias pendientes
de nuestros pasos a la hora de amar.
Déjame que te respiro en cada beso
me amarro de tus versos
esos que me hicieron amar
tus ojos serenos y tu sonrisa de galán.
Cuenta de esta historia de letras
que cobran vida con cada amanecer
abrazados de mar y silencios
entre caracolas, susurros y el corazón
que en cada latido me hace estremecer.
Canta de nuevo como lo hacías ayer
que no hay más voces que las del amor
que dicen te extraño mujer
en medio del tiempo que camina
y no se cansa de decir
por aquí pasan dos que se saben querer.
Maru
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