la brisa de la mañana
y las caricias tiernas
que se cuelan en la ventana,
tenemos habitación de gala
que luce radiante
cuando cantas
cuando tus manos
recorren mi alma
como la guitarra
desprendiendo de ella
las notas que tu alma guarda.
Este amor viajero
que partió de la nada
acaricia mis días
sin más palabras
me cuenta las incógnitas
de la jornada
y no es sólo la piel
que incesante te llama
es la espera del alma
que sólo aguarda tu llegada
que será el todo
el todo de la mirada
que cambiará el color
del panorama.
Maru
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